El perdón es la acción de renunciar al resentimiento o al castigo hacia una persona que nos ha ofendido. Es un acto de Gracia que nos libera del peso del pasado y nos permite sanar y avanzar. Comenzamos por casa, cultivando la reconciliación y la unidad entre aquellos que lideran nuestro rebaño.
«Sopórtense unos a otros, y perdónense si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.» – Colosenses 3:1
La acogida es la acción de recibir y dar la bienvenida con cariño y afecto a alguien. Es abrir nuestras puertas y nuestros corazones, reconociendo la imagen de Dios en cada persona que llega a nosotros. Este año nos enfocaremos en ser una Iglesia de puertas abiertas, donde cada persona se sienta amada y valorada.
«No se olviden de practicar la hospitalidad, pues algunos, practicándola, sin saberlo hospedaron ángeles.»
Hebreos 13:2
Este año consolidaremos lo aprendido en los dos anteriores, profundizando en cómo el perdón y la acogida no son solo acciones humanas, sino la esencia misma del Evangelio.
Meditaremos sobre cómo Jesús encarnó el perdón en la cruz y la acogida a todos los que se acercaron a Él, especialmente a los marginados.
Hacer discipulado es acompañar a las personas en su crecimiento en la fe, enseñándoles a seguir a Jesús, a vivir sus enseñanzas y a compartir el Evangelio con otros. Implica una formación continua, no solo en conocimiento, sino en vivir una vida que refleje a Cristo. Este año nos centraremos en la formación de discípulos comprometidos y maduros en la fe.
«Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado.» – Mateo 28:19-20a
La misión, desde el Evangelio, es el mandato de Cristo de llevar las buenas nuevas de salvación a todo el mundo, proclamando el Reino de Dios con palabras y obras. Es salir al encuentro del otro, compartiendo el amor de Dios y sirviendo a la humanidad en todas sus necesidades. Este año culminaremos con un renovado impulso misionero, aplicando todo lo aprendido para ser verdaderos agentes de cambio en Colombia y más allá.
«Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.» – Hechos 1:8